El bruxismo afecta del 11 al 21% de la población europea, sin embargo, solo alrededor del 2’% de los pacientes que sufren este problema consultan a un especialista. Los síntomas del bruxismo incluyen dolores de cabeza y cuello persistentes, tinnitus y dolor de oídos, trastornos en la producción de saliva y malestar general. El crecimiento excesivo del músculo masetero ocurre dentro del rostro. La tensión aumentada en los músculos de la región del hombro es otro síntoma muy frecuente. En cuanto a la boca, los pacientes experimentan mordeduras en la parte interna de las mejillas, sangrado de las encías, enfermedades del periodonto, hipersensibilidad dental y agrietamiento del esmalte. También hay trastornos de la articulación temporomandibular (dolor, chasquidos articulares, limitación de la movilidad de la mandíbula). El tratamiento de esta afección es multidireccional y requiere el reconocimiento de causas dentales somáticas.